...Nos sigue pasando la vida y su enseñanza.
Ya estamos por acabar un año más, el ayer es historia, el futuro es incierto y el hoy es el regalo que tenemos para seguir la vida. En ocasiones nos deja mucho o nos devuelve poco (y más en este 2020 tan complicado) pero sin duda siempre nos ha dejado el poder de sentir momentos que no llegamos a imaginar; conocemos personas y cambiamos la rutina, pero no se han puesto a pensar en dos cosas que a lo mejor les ha sucedido en el transcurso de su vida cuando vamos creciendo después de los treinta años. Hay dos características principales que llaman la atención en la vida de cualquiera, una es, la herencia física de la familia, o sea los rasgos, la otra, una mayor parte de la similitud emocional de los padres. Muchos de nosotros tenemos algunas diferencias y similitudes tanto de los abuelos, los papás y lo que llegamos a ver en los sobrinos.
A lo que me refiero es que esa cadena por más que te alejes o quieras ser diferente, hay algo que te distingue, te vuelve una parte importante, algunos quieren tener hijos con gente guapa de piel blanca, si puede ser extranjero mucho mejor o al contrario, pueden cambiar los gustos e irse con alguien de piel oscura, pero eso de las mezclas de razas ya saben que ha ido modificándose alrededor del mundo desde hace miles de años, creando otros ideales de la persona, pero la base original sigue despierta, el origen sigue disperso, como los ojos, el pelo, la piel, las cejas, parte del rostro, las manos, puede llegar hasta las uñas, la forma de caminar, por eso te dicen, tienes cierto parecido con el abuelo o con otros parientes.
Aunque lo importante no es sólo eso sino las actitudes, sentimientos, forma de ser y gustos, en casi todas las familias en la mayor parte de sus integrantes hay tres cosas por mencionar, la historia que se repite cada generación donde intervienen las relaciones, la capacidad de llevar acabo la vida a nivel profesional y la última todas virtudes y defectos que tenemos, la primera quiero decir que a lo mejor la abuela se casó adolescente, se repite en que la hija se casa muy joven y a la nieta también le suele pasar lo mismo, si los chavos son rebeldes y se van de su casa, los hijos hacen lo mismo, se juntan y hacen su vida, hay experiencias que se van repitiendo en las familias, a veces tienen capacidades especiales que sólo a uno de cada generación sale con el síndrome, si se van al extranjero tienen historias parecidas por allá o a los demás les pasa algo parecido pero en diferente lugar como accidentes o enfermedades, unos se adelantan o atrasan pero hay algo que los une.
En la segunda no sé si les ha pasado que si los abuelos eran abogados, granjeros, físicos, doctores a arquitectos u otras profesiones, todos los descendientes tienen raíces, fijaciones, gustos y talentos que nos dejaron, algunas veces, las carreras tiene perfiles similares, otros hacen la diferencia con otros trabajos y perfiles que no sabía que existían en al familia, ahí define su personalidad y que tanto quieras romper con los esquemas, en algunas ocasiones lo podemos ver de una generación a otra, tu sobrino puede actuar como tu abuelo o tu prima como lo hacia la tía abuela, quizá no llegamos a meditar ese tipo de detalles porque andamos en otros rollos pero un día siéntate y date cuenta que muchos de nosotros tenemos características que defienden la familia y eso por una parte es horrible porque se van repitiendo patrones a tal grado que se van después de morir y siguen pasando.
Hablando de ese pequeño problema el tercero se puede considerar así, hay actitudes que se van heredando, los miedos, sentimientos, valores, temperamentos, por eso muchos nos dicen es que te pareces a tu papá o tu mamá, son virtudes o errores que se van desarrollando en la vida y simplemente van creando la identidad, suenan chistosos estos giros o sucesos de la vida porque también suelen repetirse experiencias pero son cosas que pasan y ni modo, hay caminos en la vida que nos llevan a veces al mismo destino que tuvieron otros familiares y lo único que se hace es vivir la vida plenamente, de una manera más objetiva.