MIS AMIGOS SUELEN SER BUENA ONDA

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Mis amigos son buenas amistades

Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes. Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más.

Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de una cajita de cristal. A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia. Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes. Algunas veces escucho la llamada de mis sentimientos, abrazo la posibilidad de un amanecer irrepetible, que abriré los ojos para presenciar la escena de la dicha de quienes aman. Antes de que el último rayo desaparezca, compartiré mis sueños contigo, así es mi deseo.

Que bonito suena todo eso ¿no? Pues hay veces que es como un sueño o de plano empieza la realidad, no he de rechazar esta brillante idea, que se apodera de mí, y la hago mía, antes de que mi mirada se pierda en la densidad del horizonte. La naturaleza misma del sentimiento en los amigos es variable y está constantemente movimiento con uno mismo hasta con los demás, por eso no siempre es sencillo saber cuándo somos sinceros al expresar algún sentimiento. La honestidad y la hermandad son dos conceptos que se van dando con el tiempo y yo creo que la amistad no se mide, se siente, obvio no hay que dejar que dependa sólo de uno, debe ser mutua.

Por ello has de pensar muchas de estas cosas pero las amistades verdaderas se dan con mucho tiempo, es más, tardas toda una vida en conocer a la persona y saber si en verdad vale la pena.

Un amigo SENCILLO nunca te ha visto llorar.
Un amigo VERDADERO tiene los hombros húmedos por causa de tus lágrimas.
Un amigo SENCILLO no conoce los nombres de tus padres.
Un amigo VERDADERO tiene sus números de teléfono en su libreta de direcciones.
Un amigo SENCILLO trae bebidas a tu fiesta.
Un amigo VERDADERO llega temprano para ayudarte a cocinar y se queda hasta tarde para ayudarte a limpiar.
Un amigo SENCILLO odia cuando le llamas después de haberse acostado.
Un amigo VERDADERO te pregunta por qué te tardaste tanto en llamar.
Un amigo SENCILLO procura hablar contigo acerca de tus problemas.
Un amigo VERDADERO procura ayudarte con tus problemas.
Un amigo SENCILLO, al visitarte, actúa como un invitado.
Un amigo VERDADERO abre el refrigerador y toma lo que necesita.
Un amigo SENCILLO piensa que ha terminado la amistad después de un argumento.
Un amigo VERDADERO sabe que una amistad se hace después de haber tenido una pelea.
Un amigo SENCILLO espera que siempre estés ahí para él o ella.
Un amigo VERDADERO siempre estará ahí para ti.

El inconveniente es que nunca lo está del todo y de allí que se generan todos estos interrogantes acerca del sentimiento de amistad. Sucede que los seres humanos intentamos salir de este problema mediante el viejo y conocido método de la exigencia de pureza de las relaciones afectivas, lo cual no hace otra cosa que complicar aún mas el tema. La amistad es un sentimiento disfrutable y no una prueba constante de virtudes. Una de las cosas que más le cuesta al ser humano es identificar sus sentimientos, por eso nos pasamos pidiéndole pruebas al otro para no preguntarnos por las nuestras, es aquello por lo que darías todo antes de volver a pensar en uno mismo.


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